Souvenir Madrid. Comercio tradicional madrileño.

J. L. Gamallo. Hasta los años 80 del siglo pasado en Madrid aún sobrevivía un comercio de tipo tradicional, especialmente en las calles del centro, en las cercanías de la Puerta del Sol y la Plaza Mayor, recuerdo de cuando Madrid era la sede de la corte y de la administración del reino. Madrid era el centro al que venia la gente de provincias a conocer las últimas novedades en la moda, el comercio y los espectáculos. Así en la calle Mayor había muchas sastrerías militares, dada la cercania de la capitanía general, librerías. En la calle Arenal y proximidades se concentraban tiendas de artículos religiosos. Por la plaza de Pontejos tiendas de mercería.

En la calle Carretas ortopedías, librerías científicas, y de hules y gomas. Pero a partir de finales del siglo XX todo esto empezó a cambiar. El centro se fue despoblando, y se abrieron grandes centros comerciales en la periferia donde era más fácil ir de compras con el coche. También la afluencia del turismo interesado en otras cosas, influyó en el cambio de la orientación comercial. Las tiendas tradicionales fueron cerrando por no ser ya rentables, o por la jubilación de sus propietarios, cererías, cristalerías, mercerías, churrerías, corcherías, zaparerías, tiendas de bolsos, etc. Pero resistiendo contra viento y marea aún queda algunos establecientos que sobrepasan el siglo, y que bien merecen una visita. Para el viajero que se hospede en el hostal Horizonte le resultará fácil acercarse a los comercios que se mencionan seguidamente. En el pasaje Doré, en el exterior del mercado de Antón Martín hay una singular cuchillería, que práticamente sólo tiene fachada, y como reclamo comercial tiene en la fachada varios carteles esmaltados con lemas diversos. En dirección a la Plaza Mayor hay otra seríe de tiendas interesantes. En la calle Postas, con una sucursal en Esparteros, está la tienda de imaginería religiosa El Ángel (1867), que aparece mencionada por Benito Pérez Galdós en Fortunata y Jacianta. Un poco más arriba está la Camerana todo un mundo de ropa interior, aparte de los más nuevo, siguen teniendo camisetas y calzoncillos de los de siempre.En la plaza de Pontejos están los muy conocidos almecenes Pontejos (1913) con todo tipo de hilos, botones, puntillas, encajes, adornos, etc. En la Plaza Mayor, en los soportales, Casa Yustas (1886) tiene los mejores sombreros de Madrid, así como efectos militares. Al comienzo de la calle Toledo está la alpargatería y cordelería Casa Hernanz (1845), cuyas alpargatas son justamente famosas y cuando llega el verano resulta habitual las colas para hacer con alguno de sus modelos. La Princesa de Asturias y las infantas Leonor y Sofía suelen calzar alpargatas de Casa Hernanz. Los amantes de los libros deben visitar la librería de los bibliófilos españoles (travesía del Arenal), especializada en temas militares (1880). En la calle Arenal hay otra clásico del comercio madrileño Palomeque (1873), especialzada en crucifijos, rosarios, imágenes religiosas, y postales para trabajos escolares. En su tiempo fue Proveedor de la Real Casa y del Papado. En la Puerta del Sol hay otros dos sitios para conocer Casa de Diego (1858), especializada en abanicos, paraguas y bastones, un lugar para llevarse un bonito recuerdo de Madrid. Al principio de la carrera de San Jerónimo está M. Gil Sucesor de Antolín Quevedo especializada en mantones de manila, mantillas de blondas y encaje. En cualquiera de estas tiendas es posible llevarse algún recuerdo de calidad de Madrid y salirse de los souvenires industriales que abarrotan las tiendas que se han abierto como hongos por las calles del centro de Madrid por donde se acumulan los turistas, y que han ocupado el lugar de las tiendas de toda la vida.