Turismo en Madrid, desde el Hostal Horizonte

J. L. Gamallo. Se titutlaba una vieja película española de 1968, El turismo es un gran invento, donde el inefable y cazurro Paco Martínez Soria, a la sazón alcalde de Valdemorillo del Moncayo, acompañado de su secretario, se marchan a la Costal del Sol, para estudiar in situ, que había que hacer para convertir a su pueblo en una potencia turística y evitar que los jóvenes tuvieran que emigrar del pueblo. Evidentemente el turismo produjo un cambio increible en la España del desarrollismo, no sólo económico, sino también en el de usos y costumbres. El sol, a cuya sombre se produjo el "boom" turístico, sigue siendo hoy, casi más que nunca, unido a al valiosísimo patrimonio histórico-artístico y la rica y variada gstraonomía, nuestro principal valedor económico. Madrid no tiene ni sol ni playas, claro, pues está en el mismísimo centro de la Península, pero si tiene otros atractivos aque la convierten un objetivo turístico de primer orden. Y no es para menos, pues en la villa y corte hay toda una serie de espléntidos tesoros artísticos que bien valen un desplazamiento. Así en el llamado "Paseo del Arte", el paseo del Prado, ese gran eje viario ideado por Carlos III, se distribuye la principal oferta museística de Madrid: el Centro Nacional de Arte Reina Sofía, el Real Jardín Botánico, Caixa Forum, el Museo Nacional del Prado, el Museo Thyssen-Bornemisza, el Museo Naval, el Museo Nacional de Artes Decorativas, el CentroCentro (Palacio de Cibeles), y el Museo Arqueológico Nacional, también se podría incluir, aunque en un plano más anecdótico, el Museo de Cero. La oferta no puede ser más apabulladora tanto en calidad como en cantidad. En el Madrid histórico, levantado principalmente durante la dinastía de los Austrias, y desarrollado y a partir de la construcción de Plaza Mayor, uno de los monumentos emblemáticos de Madrid. En el Madrid de los Austrias abundan los templos de visita obligada, como el Monasterio de las Descalzas Reales, el Real Monasterio de la Encarnación, la iglesia pontificia de San Miguel, la iglesia del Sacramento, la iglesia de San Nicolás, la antigua catedral de San Isidro, la iglesia de San Andrés y la recien restaurada capilla de San Isidro. La culminación es el Palacio Real, iniciada su construcción en 1735, debido al incendio del antiguo Alcázar de los Austrias. El entorno del Palacio es de los más turísticos y hermosos de Madrid, con la plaza de Oriente, en cuyo centro se levanta la estatua ecuestre de Felipe IV, sobre un gran monumento construido por orden de Isabel II. Enfrente, cerrando la plaza, se yergue el Teatro Real, ya convertido en uno de los centros indiscutibles de la lírica mundial, al que se acercan para disfrutar de sus montajes aficionados y expertos de Europa y América. Enfrente del hostal Horizonte está uno de los barrios más atractivos, el barrio de las Letras o de las Musas, donde vivieron la mayoría de los escritores del Siglo de Oro, Lope de Vega, Cervantes, Tirso de Molina, Quevedo, Góngora, etc. Conviene visitar la casa de Lope y el monasterio de las trinitarias, donde están enterrados Cervantes y su mujer. Este barrio tiene la ventaja de que sus calles son peatonales y se han ido abriendo pequeñas tiendas y establecimentos con encanto. En la parte más cercana a la plaza de Santa Ana, Prado, Echegaray, Príncipe. Núñez de Arce, Álvarez Gato, Ángel, Espoz y Mina, Cruz, Victoria, se despliega ante el turismo una infinita cantidad de bares, tabernas, tablaos, donde disfrutar de uno de los mayores atractivos de Madrid, la tapa y el pincho, esas pequeñas porciones de comida con las que se suele acompañar la caña de cervez o el chato de vino. Aquí se puede hallar una infinita variedad, desde las tapas más tradicionales, como la tortilla española, el jamón y las patatas bravas, a pinchos más elaborados, como queso de cabra frito con mermelada de frambuesa, o crujiente de huevo con morcilla de Burgos. Nadie va a quedar defraudado. Los que gusten el cine y el teatro también disponen de una oferta muy interesante. En el complejo  de cines Yelmo Ideal (Unas 10 salas) se combinan los estrenos más populares con los más dirigidos a los cinéfilos, pero todos en versión original con subtítulos en español. Otro sitio especialmente recomendable para los cinéfilos es la Filmoteca Española, instalada en una peculiar y restaurada sala de comienzos del siglo XX, el cine Doré. Como es lógico, la programación se basa en cine de otras épocas, ciclos de directores, actores o temas, películas infrecuentes, cinematografía de paises lejanos, etc. La sala, en estilo art decó, es la más singular de Madrid. Tiene una cafetería y librería especializada. La oferta teatral también es muy grande, pues a menos de 10 minutos del hostal se localizan los principales teatros de la vida cultural madrileña: Español, Nuevo Apolo, Comedia, Valle Inclán, Fígaro, Calderón, reina Victoria, en los cuales la programación varia entre el repertorio clásico y comercial. Los que gusten del teatro más experimental en pequeñas salas de Lavapiés hay toda una red donde se montan obras de pequeño formato y se muestran las tendencias más experimentales. En la Gran Vía, donde estaban los grandes cines de estreno, se han reconvertido varios en teatros dedicados al musical, así el gran éxito de las últimas temporadas ha sido el Rey León. Para los amantes de la naturaleza Madrid ofrece una varida gama de posibilidades, desde los jardines históricos, como el Retiro, el parque del Oeste, Fuente del Berro, Quinta de los Molinos o el Capricho, a los más novedosos, como el extraordinario diseño de Madrid Río, un impresionante parque a los largo de las orillas del Manzanares, por donde antes discurría la M-30, ahora soterrada, y en su lugar se extienden largo jardín que desde Legazpi, en donde se une al parque del Manzanares, llega hasta el Puente de los Franceses. Se puede ir caminando, patinando o en bicileta. Se han plantado miles de árboles, se han construido fuentes y parques infantiles.