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El Palacio Longoria, joya del modernismo madrileño


J. L. Gamallo. La capital de España, Madrid, cuenta con importantes monumentos de diferentes estilos artísticos que se han venido sucediendo en Europa, desde la Edad Media. Pero hay un espléndido movimieno artístico del que Madrid carece de una amplia panoplia, el modernismo. A diferencia de Barcelona, que cuena con un impresionante catálogo de edificios y casas modernistas, en Madrid los ejemplares se pueden contar con la mano. No tuvimos un Gaudí que derrochara su fértil imaginación en todo tipo de sorprendentes construcciones: casas, palacios, jardines, capillas, basílicas, etc., Madrid, sede de la corte, era una ciudad de aristócratas y funcionarios, carecía de una poderosa burguesia que pudiera afrontar un ambicioso programa constructivo donde hacer patente su pujanza y su riqueza, cosa que el nuevo estilo de moda era un elemento perfecto. Con todo, el visitante amante de este exuberante movimiento artístico puede disfrutar con algunos ejemplos notables, y de manera especial con el llamado Palacio Longoria, situado entre las calles de Fernando VI y Pelayos, muy cerca de las plazas de Santa Bárbara y Alonso Martinez. Cuando se enfrenta uno por primera vez a este portentoso edificio la sorpresa causada es enorme, ya que rompe completamente con el resto de casas decimonónicas, fachadas planas con balcones. En 1902 el banquero Francisco Javier González Longoria encargó a José Garcés Riera la construcción de su casa en el nuevo estilo que hacía furor en Europa. El banquero había vuelto de Bélgica y admirado las obras que Horta había levantado en Bruselas. Los trabajos acabaron en 1905, don Francisco Javier vivió hasta 1912, cuando arruinado tuvo que venderlo.Sin duda, fue una de las mansiones más suntuosas del Madrid de la época, con una importante colección artística. El siguiente dueño fue el odontólogo de la Familia Real, Florestán Aguilar, donde instaló su viviendia y su consulta. Sus herederos tuvieron que venderlo en 1946, y en 1950 pasó a su actual propietaria, la controvertida Sociedad General de Autores de España. Garcés Riera diseñó un soberbio edificio, donde de despliega todo el repertorio de elementos modernistas, líneas curvas, elementos vegetales sinuosos, curvas vertiginosas, relieves de caras femeninas. La fachada adopta la forma de ángulo recto, en el punto central se eleva un torreón circular, con tres accesos que llevan a la escalera principal. Encima corre un gran balcón circular, sobre el que se despliega una portentosa y profusa decoración,con tres ventanas pertenecientes al tercer y último piso, coronado por una gran cornisa floral. Del torreómn salen sendos lienzos de fachada, que concluyen en otras especie de torreones, ahora cuadrados. En el centro de estas fachadas sobre salen sendos balcones fantásticos de elaborada decoración. Un pequeño muro enrejado protege el edificio de la calle. El interior no es menos espectacular, donde la escalera de honor se depliega como un abanico, con una esplendorosa cúpula vítrea, a modo de claraboya gigante. En el lado de fachada de Bárbara de Braganza hya galería acristaalada permite comtemplar el jardín, y su acceso al mismo. Gigantescas palmeras de piedra se sirven de columnas tropicales a la galería, con hojas al interior y al exterior. En las fachadas del jardín se vuelven a repetir los motivos sinuosos,las formas curvas, el movimientos incesante de los ornamentos vegetales, ahora enfrentándose con éxito con la propia naturaleza. En fin, una construcción magnífica que no debe dejar de verse estando en Madrid.

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