Paseo por la Casa de Campo

J. L. Gamallo. De entre los muchos parques que tiene Madrid,y  si se es un gran amante de la naturaleza nada mejor que aprovechar estos días del mes de noviembre para darse un paseo por la Casa de Campo, absolutamente espléndida durante estos días, cuando se está produciendo el cambio de color en las hojas de los árboles.

El espectáculo del que se puede disfrutar es de una belleza extraordinaria. Los más hermosos colores se despligan ante nuestros ojos como una milagro celestial, amarillos, ocres, dorados, rojizos, que se mezclan con los verdes de diversas tonalidades. Bordear el estanque con sus álamos y sicómoros resulta extraordinariamente gratificante. Después lo mejor es intentar recorrer toda la denominada senda botánica que desde el Lago, bordeando el arroyo de Meaques, llega hasta el curioso puente de la Culebra, pasando por delante del Parque de Atracciones y del Zoológico. El paseo por la senda aparte de ser absolutamente relajante, también es muy instructivo, pues hay diversos carteles que nos van informando de las diferentes especies vegetales con las que nos vamos encontrando, principalmente olmos, robles, álamos, fresnos, sícomoros, sauces, fresnos, robles se suceden de manera ininterrumpida, formados grupos más o menos compactos y serenos claros. No hay que ir de prisa, sino pausadamente, disfrutando con todos los sentidos de esta maravilla de la naturaleza. Además es posible atisbar algún conejo que, sorprendido, huye a refugiarse en su madriguera. Si no se dispone de automóvil, el metro nos deja muy estratégicamente en la estaciones de Lago o Batán, y desde ella dirigirse hacia los árboles que están cambiando la hoja.