Triste despedida a los cines de la calle Fuencarral de Madrid

J. L. Gamallo. En los momentos más esplendorosos y áureos del cine en la villa y corte, años 40-60, había dos zonas que centraban los grandes estrenos cinematográficos, por un lado la Gran Vía, nuestyro Brodway castizo, con las salas más grandes y famosas, y luego, a un menor nivel, los cines de la calle Fuencarral. Todos hemos visto con tristezy nostalgia como los grandes cines de la Gran Vía, fueron cerrando, o creándose minicines en los mismo, paa finalmente han acabado por desaparecer, convertidos en establecimientos comerciales o teatros. De momento sobreviven el Callo, el Capitol y el Palacio de la Prensa. ¿Por cuánto tiempo? La crisis también ha llegado a los emblemáticos cines de la calle Fuencarral, que ya había conocido los cierres de los cines Bilbao y Fuencarral. De los cuatro que quedaban, Roxy A, Roxy B, y Proyecciones, sólo éste último (con nueve salas después de la reforma) va a quedar. Los propietarios de los Roxy y el Paz han solicitado al Ayuntamiento un cambio en la licencia de la actividad. Parece que se van a convertir en centros comerciales. Una lástima, ciertamente. Por su su situación tenía preferentenmente un público de clase media. En la sesión de tarde las señoras de toda la vida eran el público más fiel, pero no el más numeroso. Internet, los lanzamientos de DVD, las grabaciones piratas ha hecho que buena parte de la juventud haya desertado de los cines, o prefiere ir a los complejos comerciales de la periferia que cuentan con numerosas salas de exhibición, y al lado hay otros centros de ocio. Parece que este mes se va a celebrar un acto reivindicativo protagonizado por reconociods personajes del mundo de la cultura, para protestar por la reconversión de los cines en centros comerciales, o, en el mejor de los casos, en teatros. A los grandes cines madrileños les ha llegado, parece ser, su triste final. En en centro de la capital sólo van a quedar un puñado de cines, todos ellos con varias minisalas, y centrados en la versión original. Antes, asistir a una película de estreno en un cine de la Gran Vía o Fuencarral era todo un acontecimiento y para muchos marcó nuestra infancia. Luego estaban los cines de barrio de sesión contínua con dos películas que te permitían pasar una tarde fastuosa. Los amante de la versión origianl aún podrán seguir disfrutando de algunos cines en el centro. Los demás habrán de emigrar a la periferia si quieren disfrutar con los grandes estrenos de la temporada, que tenía su lugar en la Gran Vía y Fuencarral.