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Madrid en Navidad
J. L. Gamallo. A diferencia de otras capitales europeos, las Navidades en Madrid no suelen ser "blancas" ya que es muy raro que llegue a nevar, salvo en la sierra de Guadarrama. Desde Moncloa en días claros se pueden ver la cimas de la sierra cuando están coronadas de nieve. A pesar de ser diciembre y con días fríos, no resulta extraño disfrutar de días de sol.
Madrid resulta un buen destino para disfrutar unos días de Navidad y con buen tiempo. El Ayuntamiento prepara actividades para los niños, los teatros programan obras y musicales infantiles, etc., aparte de lo organizan los grandes centros comerciales, dirigidos a activar el consumo. Muy cerca del hostal Horizonte es posible disfrutar de alguno de los lugares más emblemáticos de estas fiestas con sus adornos y luces.
Así, el centro primordial e inexcusable es la Plaza Mayor donde está instalado el Mercado de Navidad más grande y famoso, y en el marco majestuoso de la regia plaza, en cuyo centro se alza la estatua del rey Felipe III. Es un sitio que sigue cautivando a niños y mayores, en sus puestos se puede encontrar de casi todo para montar el belén, con figuritas de los más variados estilos, desde las estáticas a las que tienen movimiento; lucecitas que imitan el fuego, ríos con agua de verdad, infinidad de pesebres, castillos de Herodes, Reyes Magos, pastores, ovejitas, etc., una lista interminable. A esto hay que unir todo tipo de adornos para la casa y los árboles.
Este año como cosa novedosa hay unas bellas bolas rojas con la inscipción "Madrid, Navidad 2012", que pueden ser un bonito recuerdo. Cerca de los soportales se colocan los vendedores de pinos, musgo, guirnaldas, flores de pascuas, etc. El mejor momento para visitar el Mercado es hacia las 6 de la tarde, cuando comienza el atardecer, y si se va con cámara es cuando se obtienen las mejores fotos. Luego se convierte todo en un estallido de luz, con todos los puestos con una variada gama de sonidos y bombillas de todos los colores. El ambiente de la plaza se variopinto con grupos de turistas, familias, curiosos, vendedores de globos, barquillos.
Otros lugares por los que resulta casi obligatorio acercarse son la puerta del Sol, donde en la Real Casa de Correos niños y mayores pueden deleitarse con un sensacional belén; también comprar algún décimo para el Gordo del día 22 a alguna de las sempiternas loteras que se acumulan en la plaza, entrar en la Mallorquina y regalarse con alguno de los pasteles que tanto éxito tienen entre el público, hacer fotos delante del gigantesco árbol artificial, instalado delante de don Carlos III, o junto al símbolo del km 0 delas carreteras de España.
Después se puede optar por alguna de las calles peatonales que desembocan en la Puerta del Sol, donde se acumulan tiendas de todo tipo. Lo mejor es ir por la calle Arenal hasta llegar a la fachada posterior del Corte Inglés si se van con niños, para que disfruten con el espectáculo animado de Cortylandia, otro de los clásicos de la Navidad madrileña. Desde aquí conviene salir a la calles Preciados o Carmen y seguir hasta las plaza del Callao, donde está instalado otro gran abeto y una pista de hielo para los niños, y luego pasear por la Gran Vía, hasta la Plaza de Cibeles, donde la estatua de la diosa se ilumina con tonos rojizos y la gran fachada del Palacio de Cibeles también tiene diferentes tonalidades. Conviene visitar en el Palacio el extraordinario belén napolitano del siglo XVIII, así como la exposición estrella de la temporada "Los Tesoros de la Casa de Alba".
Una buena manera de recorrer la mayoría de estos lugares es tomar el autobús especial de la Navidad, que por una cantidad simbólica lleva desde el centro hasta el otro gran polo de la Navidad madrileña: el barrio de Salamanca, la zona de comercial de lujo de Madrid. Las calles más elegantes de Madrid, Serrano, Velázquez, Goya, Ortega y Gasset, tienen un adorno muy especial, y resulta muy grato pasear por ellas viendo los escaparates de las grandes marcas del diseño y la moda, aunque sus objetos se asequibles a muy pocos bolsillos. En la plaza de Felipe II hay otra pista de patinaje infantil, así como un trenecito y un pequeño scaléxtrix. Por todos estos sitios hay buenos lugares para reponer fuerzas.
Si es un día frío, lo mejor es un chocolate con churros. En la calle conde de Peñalver hay un par de chocolaterías. Si se está por el centro lo mejor es intentar entrar en dos sitios históricos, la chocolatería de San Ginés, junto a la iglesia del mismo nombre, que ya aparece mencionada en Luces de Bohemia de Valle-Inclán, o en la chocolatería Valor, en el cercano postigo de San Martín.
Otra opción si no se es muy goloso es la centenaria Casa Labra, en la calle Tetuán y degustar sus "soldaditos de Pavía" o sus croquetas. En los teatros de la Gran Vía hay una gran oferta de musicales, destacando "El rey león" y "Sonrisas y lágrimas". Luego están lo clásicos del turismo madrileño como son el Museo Reina Sofía, la Casa Encendida, el museo Thyseen, el Caixa Forum, el Museo del Prado, la fundación Mapfre. A lo que convendría unir los Museo Cerralbo, Romántico, Bellas Artes, Municipal, Sorolla, igualmente interesantes y con menos afluencia de público. Si se está en Madrid un domingo la combinación Rastro y parque del Retiro es muy sugestiva y atrayente.
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