El Nacimiento de Jesús en la Real Casa de Correos (Puerta del Sol)

J. L. Gamallo. De entre todos los grandes temas de la Historia del Arte, el del Nacimiento, Pasión y Muerte de Jesús, puede ser considerado como el que ha sido motivo de inspiración para los más grandes artistas de las más variadas tendencias, ya desde los momentos más tempranos del arte paleocristiano, cuando aparecen las primeras representaciones de Cristo. Los evangelios, lógicamente, han sido la principal fuente para desarrollar los más variados aspectos de la biografía del Salvador.

Donde las sagradas escrituras ofrecen una mayor acribia es en los últimos días de Jesús, mientros que son más parcos en los referidos a su nacimiento e infancia, lo cual es lógico dada la mayor lejanía temporal de los evangelistas con aquellos sucesos.  Por tanto, aquellos momentos pueden tener aspectos más legendarios, donde hay tal vez una mayor participación popular, como se refleja en los evangelios apócrifos.

El Nacimiento, Belén, Pesebre, por estos variados nombres se conoce, es la faceta más conocida de la representación de los primeros momentos del Mesías, y es relativamente moderna, pues parece que nace en Nápoles, en el siglo XVIII, donde, de una manera, fantástica, se recrean los hechos narrados por San Lucas y los sinópticos, y algunos otros de los apócrifos, la anunciación, la búsqueda de la posada, el nacimiento en la cuadra, la anunciación a los pastores, la adoración de los magos, la matanza de los inocentes, la huida a Egipto, la presentación en el templo, etc.

Como viene siendo habitual desde el año 2005, en la Real Casa de Correos, en la Puerta del Sol, el corazón palpitante de Madrid, la Comunidad ha instalado un impresionante Belén, de gran realismo histórico, dentro de lo que es posible en estas recreaciones. Pesas cerca de dos toneladas y media,y tiene más de 700 figuras, debidas al artesano José Luis Mayo Lebrija, relizadas en barro cocido y pintadas una a una. La disposición elegida permite hacer una recorrido casi circular por todo el bello monaje, que empieza con un espectacular palacio del rey Herodes,de estilo helenístico, con una piscina porticada con un tolos en su centro. En uno de los extremos, está el salón del trono, donde el sanguinario déspota recibe a los Magos. Seguidamente se pasa al campamento de los reyes magos, con variadas tiendas y servidores.  En una especia de cueva se produce la Natividad, con diversos grupos dirigiendose al "portal".

Se suceden la aparición a los pastores, y la matanza de los inocentes, todo ello en una sugerente escenografía que reproduce la arquitectura y los paisajes de la Palestina del siglo I. Si se está en Madrid en estos días, es una acontecimiento que no es puede perder, pues es algo que gusta en todas las edades, ya se sea niño, joven, adulto, un momento inolvidable en la rememoración de diversas etapas de nuestras vidas.