Semana Santa en Madrid

J. L. Gamallo. No queda más remedio que reconocer que la Semana Santa madrileña no es, con mucho, de las más famosas y conocidas de España. No se puede comparar con la de Sevilla o la de Valladolid, por poner los ejemplos más extremos entre la Semana de Pasión a la andaluza o a la castellana. Pero no por eso nuestra Semana Santa carece de interés, y al visitante que le coincida su estancia en la capital podrá asistir, ya sea por curiosidad o por devoción a algunos interesantes y bellos desfiles procesionales. La mayoría transcurren por el denominado Madrid de los Austrias, es decir, por el Madrid de los siglos XVI-XVII (cuando era la capital de los dos mundos), radicado entorno la Plaza Mayor, la calle Mayor, la plaza de la Villa, la calle Sacramento, Puerta Cerrada, etc. Aunque de una manera  u otra hay procesiones durante casi todo los días de la Semana Santa, voy a recomendar sólo tres de ellas, y que son aquellas de mayor belleza congregan a mayor número de fieles y público en general.

Para el Jueves Santo hay dos procesiones muy signficativas: la de Jesús Nazareno "el Pobre" y el paso de palio de María Santísima del Dulce Nombre; ésta sale a las siete de la tarde de la iglesia de San Pedro el Viejo, en la calle del Nuncio, y recorre buena parte del Madríd barroco. La salida de los tronos por la pequeá puerta de la iglesia es escalofriante, pues los costaleros (los portadores del paso), prácticamente deben ir a arrastras para sacar ambas imágenes. Una hora más tarde, y muy cerca de la iglesia de San Pedro, de la colegiata de San Isidro (la antigua catedral madrileña), en calle Toledo nº 37 sale la procesión "a la sevillana" del Jesús del Gran Poder y María Santísima de la Esperanza Macarena.

La similitud del recorrido y la cercanía del horario permite poder disfrutar de las dos procesiones. Un buen sitio es en la escalinata de la iglesia de San Miguel en la calle del Sacramento. Hay que armarse de paciencia, pues el discurrir de las procesiones es muy lento. Si aún se tienen fuerza, conviene ir hacia las dos de la madrugada a la puerta de la colegiata de San Isidro y emocionarse con la entrada de la Macarena, entre el fervor de los fieles que se agolpan, al son de la Marcha Real y los gritos del público de "¡Macarena. guapa¡" Es una experiencia difícilmente olvidable.

Para el Viernes Santo es obligatori asistir a la procesión estelar de la Semana Santa madrileña: la de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Medinaceli, que sale a las siete de la tarde de la basílica de Jesús de Medinaceli, en la plaza de Jesús. La devoción a esta imagen en Madrid es enorme, y el primer viernes de marzo se acercan casi 1.000.000 de personas para besar al veneradísimo Cristo. También es tradición que ese dia también vaya algún miembro de la Real Familia (este año fue  S.M. el Rey) Otro grandísimo número de madrileños, devotos de otras provincias, turistas, o simples curisoso se reunen para poder ver la procesión de este bellísimo Cristo cautivo, escoltado en su deambular por cientos de cofradas y personas que han hecho la promesa de desfilar junto a él, muchos con dujros elementos de penitencia, como pesadas cruces, gruesas cadenas, descalzos. Un buen sitio para ver esta procesión es en la castiza Puerta del Sol.

Por último, no conviene dejar de probar las torrijas, una dulce y rica tradición gastronómica de la Semana Santa madrileña, rebanadas de pan, bañadas en leche, rebozadas con huevo, y fritas en aceite de oliva muy lentamente. En la mayoría de las pastelerías y cafeterías es posible degustar esta humilde maravilla.