San Lorenzo, San Cayetano y la Paloma, puro casticismo madrileño.

J. L. Gamallo. Cuando se inicia el mes de agosto y arrecia los días de máxima canícula, Madrid se prepara para celebrar sus fiestas más castizas y más populares, las verbenas que se celebran a la triada de santos más enraizados en la tradición madrileña: San Lorenzo, San Cayetano y, de manera especial, la Virgen de la Paloma. Sin solución de continuidad se suceden en las primeras semanas de agosto estos tres festejos que vuelven a sacar a la luz del día es espíritu de la majeza y el tronío madrileños. Los barrios de Lavapiés, Emabajdores y la calle Toledo y la Paloma verán engalanarse sus calles y fachadas, se instalrán puestos de comida y churros, tómbolas, diversas atracciones para los niños, barquilleros, etc., toda una serie de elementos que perviven del recuerdo de un pasado amable, que nos retrotrae a un Madrid más pueblo y tierno, de barriadas populares, donde los madrileños vivián en las castizas corralas. Durante unos días los capitalinos revivimos el Madríd popular y zarzuelero, nos vestimos, algunos, de chulapos y chulapas y bailamos el chotis en las kermeses. Como Madrid ya no se convierte en un desierto agosteño, cada año son más los que se acercan para respirar el aroma de los churros y las parrilas, junto con muchos turistas que nos visitan, que podrán sentirse sumamente castizos por un rato y admirar las curiosas costumbres de los capitalinos. Si a las procesiones de San Lorenzo y San Cayetano (la lucha por los claveles de su carroza es impresionante) cada vez congrega un mayor número de fieles, la de la Paloma adquiere caracteres multitudinarios, con ofrenda floral, elección de Don Hilarión, la Casta y la Susa, la exhibición de los bomberos en la Puerta de Toledo, etc. Aunque la virgen de la Paloma sólo es la patrona de unas pocas calles de Madrid, sin duda es la más querida y seguida por el pueblo. A todo el que esté en Madrid el 15 de agosto no conviene que se pierda este singular festejo que sigue siendo atesorado en el corazón de los madrileños.