Otoño en los jardines de El Buen Retiro (Madrid)

J. L. Gamallo. Los jardines del Buen Retiro son uno de los mejores lugares para disfrutar y caminar en plena naturaleza en el corazón de Madrid. El otoño ofrece sus más bellas tonalidades a los árboles que pueblan el Retiro: sicómoros, robles, olmos, acacias, etc. Para mi, el otoño es la estación del año en la que el Retiro alcanza su momento de mayor esplendor y magnificencia.

Pero, sin duda, el lugar es el Palacio de Cristal, donde los cedros de los pantanos cuyas hojas, de intenso tono rojo, son de una increible belleza. Conviene bordear lenta y pausadamente el lago del Palacio para poder saborear estos maravillos árboles desde distintos ángulos y perspectivas, mientras se deslizan entre ellos cisnes y patos, y enmedio surge hacia los cielos, un elegante surtidor de agua. Y luego el Palacio de Cristal, desde donde también los cedros tienen una vista inmejorable. Aparte del gran estanque, con el grandioso monumento al rey Alfonso XII, un lugar menos conocido son los llamados jardines de Cecilio Rodríguez, diseñados por este famoso jardinero, inspirados en los jardines pompeyanos; pasear entre las pérgolas, los pequeños estanques y los pavos reales nos hace retroceder a la famosa ciudad de Campania, antes de que fuera destruida por la erupción vesubiana.. Otro sitio de gran belleza es el jardín japonés, con su isleta y sus encantadores puentes. Por último, para concluir la visita, es precido admirar la famosa y magnífica Fuente del Ángel Caído (1885), uno de los pocos monumentos erigido al demonio, estatua  obra del  escultor Ricardo Bellver. Otras muchas esculturas están diseminadas por las cercanías, como las de Benito Pérez Galdos o Ramón de Campoamor. El Retiro no sólo es un Museo de la Naturalez sino también del Arte.