La iglesia ortodoxa de Santa María Magdalena (Canillas).

J. L. Gamallo. Si se toma la Gran Vía de Hortaleza desde la glorieta Luis Rosales, en dirección hacia la de Sandro Pertini, se verá sorprendido por la aparición de una iglesia, pero muy diferente a las que estamos acostumbrados en Madrid, de estilo moderno e indefinido. Esta surge elegante y bella, de blanco resplandeciente y coronada por cinco cúpulas bulbosas, mayor la del centro, típicas del arte religioso ruso. Cuando hay cinco parece que representan a Cristo y los cuatro evangelistas.

Las cúpulas, cubiertas de resplandeciente pan de oro, refulgen cegadoramente con el sol de la tarde primaveral madrileña. Para quienes no lo sepan, se trata de la iglesia ortodoxa rusa, de Santa María Magdalena, la primera construida en Madrid, en un solar concedido por el Ayuntamiento de la villa y corte en el año 2010.

La iglesia se levantó a instancias del Patriarcado de Moscú, diócesis de Korsun. Para tal fin se creó la Fundación de la Natividad de Cristo, que es la que se ha encargado de su construcción. El Patronato de la fundación está integrado por entre otros, por el Secretario de las Organizaciones en el Extranjero del Patriarcado de Moscú, el Arzobispo Mark de Yegoryevsk, el Obispo Néstor de Korsoun, y Su Alteza Imperial la Gran Duquesa María Vladimirovna Romanova, la cual reside en Madrid.

La participación de la Gran Duquesa no es extraña, dada la estrecha relación que hubo siempre entre los Zares y la Iglesia ortodoxa rusa. Este es el primer templo que se erige con la participación de la Casa Imperial Rusa después de la revolución. Aunque la iglesia está muy lejos del centro de Madrid, su visita merece la pena, pues se puede disfrutar de un bello templo ortodoxo en Madrid. El templo es de una sola nave, con las paredes en blanco, y con la luz entrando desde las cinco cúpulas. Del techo penden grandes lámparas coronarias. A diferencia de nuestras iglesias, las paredes y las columnas se adornan con gran número de icónos, con representaciones de santos y santas.

En el lado derecho, hay uno de mayor tamaño, el de María Magdalena. Al fondo está el presbiterio, siempre en la parte este, con al altar mayor y un candelabro de siete brazos, y se denomina el "lugar celestial". Al presbiterio, la parte más importante del templo,  sólo pueden acceder los clérigos, y los fieles varones durante su bautismo. Las mujeres, lo siento, nunca.

El presbiterio está separado del resto de la iglesia por el iconostasio, especie de cancela de madera, que en Madrid sólo tiene una puerta, aunque lo canónico sean tres. La puerta está flanqueada por sendos iconos de Cristo y la Virgen. Los confesionarios y el coro en la iglesia orotodoxa no existen, aunque si el sacramento de la confesión y el canto coral, de gran importancia.

Tampoco hay bancos, los servicios religiosos se siguen de pie, aunque junto a las paredes si hay, pero previstos para los ancianos y los enfermos. También hay diversos candeleros para colocar delgadas velitas. Madrid tiene un nuevo atractivo para visitar, ya sea por simple curiosidad, o por fe.