En Cataluña ("norte") si hay toros

J. L. Gamallo.- Una leyenda urbana dice que los bizantinos, tan amantes de las controversias teológicas, mientras eran sitiados por los turcos discutían sobre el sexo de los ángeles. En Cataluña (y no es leyenda urbana)  asediada por la crisis económica, el paro, la dislocación de empresas, etc, su Parlamento discute sobre el idioma de las películas, sobre si tiene que haber cuatro provincias o siete veguerias y, ahora, como remate, si puede haber corridas de toros o no. El gobierno nacionalsocialista de Cataluña no sabe que inventarse para huir de la realidad y sacarse de la manga motivos para intentar demostrar que "Catalonia is not Spain", y los toros es otra vuelta de tuerca en ese sentido. Los toros pertenecen a la historia común de los pueblos del Mediterráneo, y la Península Ibérica, por tanto, no es ajena a este fenómeno. Los uros (los toros primigenios) debieron entrar por las actuales Cataluña y Vascongadas. En la mitología griega, uno de los trabajos de Hércules fue venir a Iberia para robarle los toros al tricéfalo Gerión. En el imaginario absurdo del imperialismo expansionista catalanista, al sur de Francia lo denominan "Caluña norte" sin ningún tipo de escrúpulo. Aunque, curiosamente las antiguas tierras del Languedoc son amantes y defensoras  de los toros y del arte de "Cúchares" (famoso torero del siglo XIX que nació en Madrid, en la calle Huertas nº 4), es más, una seña de identidad característica. Resulta estimulante si se pasea por Nimes o Arles observar y empaparse del extraordinario ambiente taurino que se respira por sus calles, ya no sólo porque en esas ciudades, en sendos maravillosos anfiteatros romanos, estén los mayores y prestigiosos cosos, sino porque una tienda de ropa de señora se puede llamar "Los toros", así, en español. Las tiendas de souvenires están llenas de recuerdos de tema taurino, con carteles como los de España. El lenguaje de los toros es el español, y aquí se repite milimétricamente. Se puede pensar que estás cerca de Las Ventas. Hay tabernas llenas de elementos taurinos. Incluso existe el salchichón de toro. En la "Cataluña norte" no hay banderas catalanas ni carteles en catalán. Si al final se prohiben los toros en Cataluña, siempre se podrá ir a Nimes o Arles, que serán lugares de libertad, a diferencia de la Cataluña sur, una región llena de prohibiciones, donde el gobierno nacionalsocialista pretende uniformar, para su desgracia, a todos los catalanes bajo un mismo patrón.