Maestros suspendidos

J. L. Gamallo. Menudo revuelo se ha producido por las filtración, interesada o no, de algunas respuestas dadas por los aspirantes a una plaza para maestro de enseñanza primaria en la Comunidad de Madrid en las oposiciones del año 2011. Algunas de las respuestas son auténticamente sonrojantes, dignas de aparecer en aquellas famosas Antologías del Disparate de Luis Jiménez Días, donde se recopilaron respuestas sorprendentes de estudiantes de bachillerato. Ahora se han cambiado las tornas y los disparantes son los maestros en ciernes. Los que ya peinamos albas canas recordamos con cierta nostalgia el examen de ingreso que con 9 ó 10 años nos hacían para entrar en el bachillerato. Después de todo un curso preparatorio afrontábamos el examen ante un tribunal de catedráticos. En la prueba había un dictado, en el que no se podía tener ninguna falta de ortografía, las llamadas cuatro reglas, una raíz cuadrada, operaciones con quebrados, un problema matemáico y finalmente sentarse ante el tribunal que te podía preguntar los afluentes del Tajo por la derecha, como se llamaban los estrechos daneses, los ríos de Siberia o de Alaska. Un examen parecido, bueno es de suponer que algo más intenso, es al que se han enfrentado los que se presentaron a la oposición para maestros de la comunidad de Madrid, y de cuyos vergonzantes resultados nos hemos enterado por la prensa. Sorprende que algunos considerasen a Soria una Comunidad Autónoma, o que Ávila está al lado del mar. Algunas faltas de ortografía eran vergonzosas. Rápidamente los sindicatos han puesto el grito en lo alto, y han acusado a la Consejería de Educación de las más aviesas maniobras por la filtración de los resultados, pues se pretende, a diferencia de lo que ocurría antes, que no prime tanto la experiencia y dar más valor a los conocimientos. A los sindicatos parece preocuparles más que se sepa que los maestros no saben, que los maestros no sepan de lo que tienen que enseñar. La polémica está servida, desde luego, y los sindicatos se preparan para enfrentarse la Consejería de Educación y seguir conservando sus prerrogativas.