El Gordo de la Lotería Nacional 76058 cantado en el Teatro Real

J. L. Gamallo. Hay una curiosa zarzuela no muy conocida pero de música chispeante de Chueca, y un disparatado libreto de Ramos Carrión; el argumento gira entorno a un décimo premiado de la Lotería, que se guardó en un chaleco blanco y que fue mandado a que lo lavasen las lavanderas del Manzanares. La trama gira, pues, sobre las peripecias de los protagonistas Tecla y David para recuperar el ansiado décimo que les permtirá su feliz matrimonio. Hoy todos los españoles estaban pendientes de lo que se cantaba en el Teatro Real, el sorteo de la Loteria de Navidad, que alcanza la máxima de las  audiencias, siendo retransmitido por las televisiones y emisoras de radio. Las voces de los Niños entonando los números y los premios en una especie de salmodia tántrica que dura toda la mañana del día 22, sólo interrumpida cuando aparece alguno de los grandes premios, que es cuando todo se vuelve griterío, aplauso, emoción, lágrimas, decepción. Despúes las habituales imágenes de las administraciones de lotería donde se ha repartido el premio, junto con los agraciados descorchando las botellas de cava, y manifestando lo que intetarán hacer con lo que les ha tocado. Este año el premio ha ido en su mayor parte en Alcalá de Henares; y en un año de terrible crisis daba gusto oir que la mayor parte de los premiados estaban en paro o en una difícil situación. Un año más del Gordo de la Lotería ha cumplido con su obligación de dar unos momentos de alegría y alejarnos de las terribles preocupaciones que nos acucian.